REVISTA RHEMA

 

TESTIMONIOS DE LA CONFERENCIA
Produccion: Luis Marcos

 

El lema de la Conferencia Internacional Peniel '98, fue "Trayendo el Arca a Sión". En la misma se abordaron temas referidos al sacerdocio, observando las características de los que nacieron para acercarse y llevar el Arca,viendo que el Arca, la Gloria, y la presencia de Dios,conforman el
"trípode" que es hoy, para la iglesia, la manifestación de la persona de Jesús dentro de ella.

Se desarrollaron talleres referentes a la alabanza, la adoración, y la importancia de que éstas sean la expresión verdadera del corazón.Talleres y reuniones ofrecieron hermosos tiempos de alabanzas delante del Dios viviente. Además resonó sobre Mar del Plata el sonido del «Shofar»,
tocado por el sacerdote dando inicio a nuestro año de jubileo. Y como broche final, escuchamos vía satélite desde Estados Unidos un mensaje a cargo del fundador de la obra
Rev. R. Edward Miller

«La conferencia fue muy gratificante en cuanto a la comunión con los hermanos y pastores, y en especial con los pastores de Pamplona y sus hijos que se alojaron en nuestra casa y con los que más pudimos compartir. Desde la mañana en el hotel cuando nos reuníamos para el desayuno con los hermanos chinos y de otros países, y aunque teníamos con la mayoría problemas para comunicarnos, fluía entre todos una gran comunión y un amor por Dios que nos involucraba en un mismo sentir...
Fueron días muy intensos. Quizás ahora al recordar, los gocemos más que antes.
La jornada se iniciaba muy temprano y los talleres terminaban sobre las 13 ó 14 horas. El regreso para juntarnos con nuestros hijos, que habían quedado en el hotel, y la vuelta rápida a la iglesia, tratando de buscar ubicaciones ante una multitud, era la secuencia que se repitió todos los días. Los encuentros y reencuentros fueron más que emotivos, porque el amor de Dios nos abraza en una gran comunidad.
Otra gran sorpresa para mí fue entrar al nuevo edificio de la iglesia. Yo había estado para fines de junio, cuando acompañé a unos jóvenes que habían venido de España para participar del Seminario Bíblico. Aún faltaban tantas cosas por hacer, proyectos que no se concretaban.
Al ingresar y contemplarla, no podía creerlo. Realmente vi la Mano de Dios asociada al trabajo de los hermanos para dar como resultado esta gran obra; y en sólo tres meses.
Yo creo, que podríamos haber leído todo lo que Dios nos quiso decir a través de su palabra en esos días... pero haber estado significó para mí y mi familia una gran bendición y le doy muchas gracias a Dios y bendigo su hermoso nombre.»
(Graciela Torres)

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